8 relatos para conocerme

“Por sus obras los conoceréis” se dice en el libro más vendido de la historia, y para eso estoy yo aquí, para venderos mi libro, así que hagamos caso a los que más saben de esto. Nadie va a comprar Una ilusión renovada sin conocerme; por ello, voy a compartir con vosotros algunos relatos, relatos cortos y microrrelatos… podría poner también algún poema, pero sería imbécil, porque son todos malísimos.

Los textos que voy a compartir a continuación no son mis mejores textos, ni los más trabajados, ni a los que más cariño les tengo… son, simplemente, los más representativos de mi trabajo. Espero que os gusten, pero en caso de que no sea así, recordad que no os he cobrado por leerlos; vamos al lío:

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Pinocho: Empecé a compartir mis textos en micrófonos abiertos, así que lo justo es que empecéis a conocerme con un relatito que siempre me ha funcionado muy bien en ese tipo de eventos. Normalmente la gente se pone muy profunda en los micros, así que cortar el ambiente con algo humorístico es siempre bien recibido. El texto como tal no es gran cosa, pero es el típico relato que gana mucho leído ante un púbico y con un poquito de interpretación.

Viento: Este es otro microrrelato para micrófonos abiertos, cortito, muy visual, pero mucho más serio que el anterior; este, de hecho, sí diría que es de mis mejores microrrelatos.

Deseo: Una de las primeras prosas poéticas que leí en público, y otra de las cosas que me define. En los actos de cara al público he tenido la desgracia de verme a menudo rodeado de poetas, y para integrarme cuando utilizamos temáticas grupales, como era este caso, pues no me queda más remedio que escribir prosa poética, y así al leerlo nadie se da cuenta de que soy un infiltrado.

Un instante de paz: Y vamos con otra prosa poética, una que enlaza con el siguiente texto y con otra de mis características principales, y es que esta prosa poética nace directamente de un ejercicio de escritura creativa.

La isla de las historias: Aquí estamos ya directamente ante un ejercicio de escritura creativa, he elegido uno sencillo, el de escribir un relato a partir de una imagen, porque tampoco es el lugar en el que ponerse a explicar todo lo relacionado con la escritura creativa, pero nunca está de más decir que llevo cinco años siendo profesor de esta curiosa disciplina.

Y al tercer día, resucitó: Llegamos ya a los relatos largos, y empiezo con el más largo porque si os leéis este, los dos siguientes os parecerán hasta cortos. Además, este fue el primer relato que compartí en las reuniones mensuales del grupo Esprosados, un grupo literario palentino que constituye otra de las patas de esta mesa, tal vez la más importante, la de abrirse a las críticas e intentar mejorar mes a mes.

Entre rosas y amapolas: Un relato en el que juego un poquito con algunas ideas, que es otra cosa que me encanta, jugar cuando escribo. No es el mejor ejemplo que tengo, ni de lejos, pero si pongo alguno de los que más me gustan me estaría pegando un tiro en el pie porque a veces hago juegos que no entiendo ni yo.

Mala leche: Y para terminar, uno de mis últimos relatos. Nos propusieron escribir algunos relatos que recordaran al campo, y aquí le tenéis, porque esa es otra de las cosas que hago, o que hacemos, viene gente de instituciones o asociaciones con propuestas para algún programa cultural y nos dicen que escribamos sobre esto o aquello, y nosotros lo hacemos por las ingentes cantidades de dinero que nos proporciona, y también un poco porque nos gusta hacerlo.

Y con esto podéis haceros una idea de lo que escribo, si os ha gustado y queréis leer más podéis seguir por aquí, en donde seguiré subiendo cositas… o también podéis comprar el puñetero libro, que no soy Dostoievski, pero el libro está bien.